CHIANG MAI

El barrio antiguo de Chiang Mai está rodeado por murallas y por un foso de agua. Es una zona con mucho movimiento y bullicio perfecta para pasar una mañana recorriéndola a pie, en bici o en moto. En vuestro recorrido veréis muchos templos, no debéis olvidar parar en el más famoso de la ciudad, construido en el 1345, el Wat Phra Singh. 
Chiang Maig es el lugar idóneo si queréis ver y experimentar de cerca a estos gigantes mamíferos. El mejor parque de elefantes, donde los animales no hacen shows, es el Elephant Nature Park (2500 THB). Otro con buena fama es el Baan Chang Elephant Park (2900 THB).Doi Suthep.
Chiang Mai Gate Market. El centro histórico de Chiang Mai es una cuadrícula perfecta rodeada por una muralla del s.XIV muy bien conservada (o restaurada), con foso de agua y zonas ajardinadas en algunos tramos. Una buena excusa para visitarla es acercarse a alguna de sus principales puertas en los cuatro puntos cardinales. En la Chiang Mai Gate (al sur) podéis disfrutar de dos mercados diarios: el matutino (de 4:30 a 12:00h) y el food market (de 17:00 a 00:00h). El premio para los que madrugan (al amanecer) es poder ver la verdadera actividad local diaria e incluso a los monjes en la tradicional colecta de limosna.

Wat Chedi Luang.

Ubicado en pleno centro histórico, este templo budista fue construido entre los siglos XIV y XV. Durante casi un siglo, fue el hogar del famoso Buda de Esmeralda, ubicado hoy en el Gran Palacio de Bangkok, pero en 1545 un terremoto dañó gravemente el templo y pocos años más tarde la mítica figura fue trasladada a un lugar más seguro. Aunque el templo perdió para siempre su imponente aspecto y su icono más preciado, en los años 90 del siglo pasado la estupa del Wat Chedi Luang fue reconstruida y se colocó una copia del Buda de Esmeralda en un nicho de la cara Este. Además, no hay que perderse el gran Buda de la sala de rezos, así como las decoraciones interiores y el venerado “pilar de la ciudad” (Lak Mueang).



El Wat Doi Suthep es un importante centro de peregrinación para los budistas y uno de los templos más venerados del país. Lo primero que veréis es que podéis elegir entre subir 309 escalones o tomar un funicular para llegar a la cumbre. Las escaleras son una de las zonas más pintorescas del templo, así que os recomendamos hacer el esfuerzo de subir a pie (o al menos haced la bajada). Una vez arriba pagaremos el ticket de acceso y nos despojaremos del calzado en las zonas indicadas.




El Wat Phra That Doi Suthep, construido a finales del s.XIV, tiene como elemento principal una pagoda dorada (o chedi) que destaca por encima del resto de construcciones. La estatua de un elefante blanco flanquea la entrada, dando la bienvenida a los visitantes. Se dice que este elefante portó una reliquia de Buda por la montaña hasta fallecer y que el lugar de su muerte fue elegido para construir el templo. Además de esta simbólica estatua, podremos observar en las inmediaciones otras muy llamativas, como la de Brahma o una réplica del Buda de Esmeralda de Bangkok. Rodeando el templo también encontraréis una serie de pequeñas campanas (se pueden tocar y, de hecho, mucha gente así lo hace porque “dan suerte”), pinturas murales, pequeños pabellones con tejados rojos y una zona de mirador con espléndidas vistas sobre Chiang Mai… salvo que la niebla haga presencia.



Reserva Elefantes (Elephant Farm)
Es muy recomendable visitar una reserva de elefantes, allí podrás ver como los animales realizan trabajos, que eran habituales hace algunos años, por otro lado te muestran sus habilidades, de este inteligente mamífero, que llega hasta el punto de saber dibujar, como nos muestran en la exhibición, tras poder interactuar con ellos, realizamos un paseo por la selva que hay alrededor de la reserva a lomos de uno de ellos, una experiencia que ya habíamos vivido en la India y que completamos con un baño con ellos en Nepal, aquí sin embargo fue algo distinto al ver sus habilidades pictóricas.
Mujeres Jirafa
Las mujeres jirafa forman parte del grupo étnico o tribu Kayan, Karen o Karenni, una de las minorías étnicas tibeto-birmanas de Birmania que se compone aproximadamente de 7.000 miembros y pertenecen al estado Shan.
Durante la década de 1990, debido al conflicto con el régimen militar de Birmania, muchos miembros de la tribu huyeron a Tailandia.

La tradición Kayan dicta que estas mujeres luzcan unos anillos de latón alrededor del cuello, el primero de ellos a la edad de 5 años. A medida que van creciendo van añadiéndose o intercambiando unos “collares” por otros, sin sobrepasar la marca de los 10 kilos. La fuerza que ejerce esta carga rebaja la clavícula unos 45 grados y permite una mayor extensión del cuello.


Según estudios antropológicos, se intuye que dicho abalorio les sirve para evitar mordeduras de tigres. Esta teoría no es aceptada en Tailandia porque los tigres no discriminan por género en sus ataque y los hombres de esa tribu no llevaron nunca ninguna protección. También se dice, entre otras conclusiones, que con ese elemento alrededor del cuello se afea a las mujeres y así se evita que sean esclavizadas por otras tribus. Pero todas son teorías no confirmadas.

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